miércoles, 11 de febrero de 2015

Portaalianzas artesanales y muy muy especiales

Hola,

En primer lugar, siento mucho el llevar tanto tiempo sin publicar. Me lié con cosas de la boda y este verano además estuve meditando el hacer cambios muy radicales en el blog. Mejor dicho, me estuve planteando si cerrarlo y abrir otro nuevo, enfocado casi exclusivamente a punto y ganchillo y con un nombre nuevo.

Finalmente he decidido continuar con éste. Puede que un nuevo nombre me ayudaría más a que la gente llegara hasta el blog (porque el nombre no dice nada del tema actualmente). Pero me resisto a cambiarlo, porque yo soy Dycas.

Y ahora sí, vuelvo al lío. No puedo prometer publicar mucho. No sé el tiempo del que voy a disponer y preparar una entrada me lleva mucho tiempo (redactarla, hacer las fotos, retocarlas, maquetar,...). Pero poco a poco, iré volviendo.

Así que para esta ocasión he pensado en mostraros algo de lo que hice durante mi exilio:

¡LOS PORTA ALIANZAS MÁS ESPECIALES DEL MUNDO MUNDIAL!



Ya en el último post os dije que mi hermana se casaba. Además de montarme un plan mental para tejerle la liga de novia, tuve un destello de inspiración y supe cómo debían ser sus porta alianzas.

Esperé un tiempo prudencial, para evitar de nuevo que más de una persona les hubiera  propuesto una idea para los niños de los anillos, y un día, en una comida familiar se lo solté a los novios: "tengo una idea muy chula para los porta alianzas, pero tenéis que confiar en mí al 100%, no puedo explicaros nada".

Las caras fueron un poema. Creo que pensaron cientos de posibilidades, cada una más loca que la anterior. Al final (fueron 4 segundos eternos), dijeron que sí.

Los niños de los anillos fueron sus sobrinos. Así que el primer paso fue...

Paso 1: Llamar a las concuñadas y explicarles el plan. Debían pedirle a sus hijos un dibujo de los tíos. La única condición fue que el dibujo tenía que ser sólo de líneas, sin colorear.

Paso 2: Comprar dos bastidores y tela de batista o algodón fino. Montar la tela en el bastidor.




Paso 3: Esperar a tener los dibujos. Escanearlos o pasar la foto al ordenador para poder imprimirlos al tamaño del bastidor. Yo usé los de 6". Fijar el dibujo a la tela con alfileres.


Perdón por el flash!


Paso 4: Coser el dibujo a la tela. Literalmente. Queda mejor haciendo un punto tipo pespunte pequeño. Yo usé un hilo algo gordito (de madejas sueltas que tenía mi madre), así que le puse dos hebras. Además, usé los colores que los niños habían empleado al realizar el dibujo.

Paso 5: Quitar el papel. Es realmente sencillo. Sólo tienes que cogerlo y tirar con cuidado para no estropear las puntadas. Si algún trocito insiste en quedarse en el bastidor, usa unas pinzas de depilar.





Paso 6: Corta el borde de tela sobrante. Ya sólo queda coser un lazo para sujetar el anillo.



Los novios se emocionaron cuando se los dí. Los niños superfelices de ver sus dibujos de esta forma, cada uno llevando el suyo el día de la boda. Y yo pensando que todo esto salió de un pensamiento, de un "es que un cojín luego se queda en un cajón, pero un bastidor puede ser un bonito cuadro recordartorio".

Sé que muchos novios habrán llevado bastidores al altar, pero lo que yo quería era mantener algo que mi hermana y mi cuñi dijeron un día, "que los niños que les rodean estuvieran muy presentes en la ceremonia". Y no se me ocurrió mejor manera que con unos dibujos de sus propios sobrinos.

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